Un estudio realizado en los laboratorios de la universidad de Columbia con roedores puso de manifiesto el resultado de la obesidad a personas que comen muy rápido, para el experimento se eligieron ratones con diferentes velocidades al comer, el resultado a los 45 días de suminístrale alimentos de todo tipo fue que los ratoncillos con la costumbre de comer rápido habían engordado más que a diferencia de quienes los hacían despacio.
El mismo experimento se realizo con humanos voluntarios, 5 varones y 5 hembras, todos de contextura atlética entre los 20 y 26 años de edad, el resultado después de 15 días fue el mismo obtenido con roedores, las personas que comían más rápido habían ganado entre 3 y 5 kg mas con respecto a quienes lo hacían lento.
Se concluyo que al comer pausadamente se logra ensalivar más los alimentos lo que facilita el ataque efectivo de los ácidos gasticos al bolo alimenticio, provocando una digestión más rápida. Al estar el bolo alimenticio más ensalivado con respecto a los que comen rápido es que este adquiere mayor expansión dando sensación de saciedad con menos alimentos ingeridos.
Cuando se mastica bien los alimentos el metabolismo se acelera, mientras que al no hacerlo se logra una acumulación de comida en el estomago que tarde en digerirse y por tanto el metabolismo decrece para compensar la lentitud de la absorción de nutrientes en el proceso de digestión.
