Aunque parezca chistoso es totalmente cierto. Existe la falsa creencia que las comidas grasosas engordan y es un mito totalmente falso prueba de ello es que a mediado de los años 70 se introdujo esta idea en los EE.UU, debido al aumento de la obesidad en la población, con el pasar de los años y como está demostrado en la actualidad, la población obesa ha seguido creciendo a un rimo mucho mayor.
Los estudios científicos de estos últimos años arrojaron luces sobre esta materia llegando a concluir que la obesidad puede ser causada por efecto hormonal o bien por la ingesta de comidas y bebidas altas en azucares como las gaseosas, los zumos de frutas, postres, golosinas, etc., la deducción es que las comidas y bebidas altas en azucares son mas adictivas que la cocaína, pues estas producen sensación de bienestar, las cuales van directamente a la sangre, obligando al páncreas a trabajar más en función de controlar los niveles de azucare secretando insulina lo cual es negativo para una persona obesa y con sobre peso, pero al contrario si se pone al páncreas en función de secretar glucagon mediante una dita balanceada que convine frutas, verduras frescas, carnes rojas y blancas grasosas, y se elimine por completo los azucares, el efecto es positivo puesto que la acumulación de grasa decae.
Cuando dejamos de ingerir alimentos altos en azucares obligamos al cuerpo a metabolizar más rápida las grasas almacenadas para transformarlas en azucares indispensables para el funcionamiento, de aquí parte la idea fundamental que una buena dieta para reducir tallas y peso corporal es necesario ingerir alimentos grasos como pescado y carnes, aguacate y semillas secas, ya que estos aportan aceites muy importantes para la salud del cuerpo en general, pero como todo en exceso es dañino es importante ingerirlas diariamente pero de manera moderada.
